La versión original de este artículo salió publicado en SuperDeporte el 17 de mayo de 2012 en su edición especial "SuperLevante" |
Illinois, EE.UU.
Comparto una casa alquilada con
dos compañeros de mi universidad que son del Liverpool FC. Mis compañeros son
extranjeros haciendo sus estudios en EE.UU., donde no hace falta explicar que
no hay mucha afición por el fútbol europeo. Sin duda, nos conocimos y nos
convertimos en amigos por esa pasión rara y compartida por el fútbol.
Aquel verano hice un viaje de
estudios en España y me contagió el levantinismo que era para mí una forma de
honrar y conectarme con el barrio que mi abuelo tuvo que dejar atrás, El
Cabanyal. Al principio, mis compañeros no me tomaron en serio. “Pensábamos que
eras del Madrid”, decían. Al final, les obligó a aceptarlo porque sólo hablaba
del Levante día y noche. “¿No viste el partido del Liverpool? ¿Ni el gol de
Gerrard?” me preguntaban una y otra vez con insistencia y yo, con indiferencia,
les solía responder “¿Vosotros no
visteis el golazo de Rubeninho?”. Se convirtieron en costumbre nuestras bromas,
las suyas con un tono más arrogante. Seguían despreciando al Levante. Les
costaba entender por qué uno se haría de un equipo pequeño.
Ahora, las cosas han cambiado. En
sólo unos años, se nota el respeto que ha ganado el Levante y los levantinistas
por todo lo que hemos conseguido juntos. El domingo me dijeron que, visto cómo yo
vivía el Levante y el trato que recibo de los levantinistas, “Esperemos que
ganéis”. Yo les proponía que si el Levante se clasificara para Europa, daríamos
una vuelta por la universidad en mi coche.
Gracias a los goles de Ghezzal, por
un día pudimos compartir una felicidad tremenda. El birmano conducía mi coche,
con la matrícula “LEVANTE”, mientras que yo enseñaba una bandera levantinista
por la ventanilla, con la música de Lliure llenando el aire al igual que la
bandera. Las caras de perplejo que recibimos eran un poema. Ojalá con el paso
del tiempo las caras se conviertan en sonrisas. Si hemos llegado hasta aquí
¿por qué no? si el año que viene podríamos poner blaugranes al vent por campos como Anfield.
Esta plantilla histórica, el
cuerpo técnico y todos los empleados del club, con el apoyo fiel y apasionado
de la afición logramos algo que era impensable durante más de un siglo. Con
nuestra unión parece como si fuéramos un puzzle por la manera en que enlazamos,
tanto así que nos hemos convertido en un auténtico rompecabezas para nuestros
rivales. ¡Felicidades a toda la plantilla y todos los levantinistas! ¡Som equip europeo!
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